KAMEL YAHIAOUI (Argel, 1966-2023 París)
Nació en Argelia en 1966, pasó su infancia, hasta su salida a Francia a principios de los años ’90, en la Casbah de Argel, lugar mágico objeto de todos los fantasmas occidentales. Pronto supo en su trabajo transformar en riqueza toda la ambigüedad de su país, sus raíces entremezcladas, bereberes, subsaharianas, árabes, mediterráneas. Argelino de la Kabilia, encontró en sus viajes por África negra, las trazas de su cultura maternal bereber y desde muy pronto se afirmó como africano.
La condición humana y la injusticia son para él combates sinceros a los que no puede escapar sin traicionarse a sí mismo ni traicionar su historia.
Kamel huye de la seducción de manera visceral, su obra suscita siempre reacciones fuertes. El público, enterado o no, queda atrapado por sus obras; debe busca, descodificar eso que se impone a través de ellas.
Estudió en la Escuela Nacional de BBAA de Argel y allí tomará contacto con los grandes artistas argelinos del momento como Abdelwahab Mokrani quien dejará profunda huella en él. Pronto comenzará su trabajo comprometido contra las injusticias sufridas por el pueblo argelino. De los tristes acontecimientos de octubre del ’88, donde más de 400 personas murieron y cientos de jóvenes fueron detenidos y torturados nació su obra On torture les torturés. Poco después con afán de agrandar su campo experiencial y ejercer su libertad dejará Argelia por París.
Comenzará para él la batalla del exilio. En Francia se junta a la gran familia de exiliados de ayer y hoy. Estará junto a ellos durante los dolorosos años ’90, años que dejaron a los argelinos, artistas e intelectuales, una perturbación, un cortocircuito en su manera de pensar el mundo, lo humano, la vida misma. Para Kamel es necesario trabajar, denunciar mostrándose que se existe. Fue en ese período el iniciador de numerosos proyectos de exposición, urgía decir, hacer, dar a conocer.
La condición humana ocupa un lugar relevante en su creación. Denuncia sin ambigüedad el integrismo que siembra el terror en su país a través de la serie Tragédie sur scène. En 1994 se instala en París su taller en la calle de las Termópilas, donde comienza una larga investigación sobre la memoria histórica. Se posiciona como artista africano subrayando: “no es sino el negro en mí quien se expresa”. Comienza entonce su trabajo sobre las maletas, realizando tres series. Dos de llas retoman los títulos de Kateb Yacine: Mohamed reprends ta valisse, La Valisse, un toit ambulant, para terminar con Les Ancêtres redoublent de ferocité.
La pérdida de su padre le conduce a la confrontación plástica con la muerte. Realizará la obra Mon père est un peuple a partir de la ropa que portaba antes de morir. Su reflexión se orienta sobre las violencias raciales, coloniales y étnicas que denuncia sin cesar por medio de un trabajo maduramente pensado sobre las deportaciones en homenaje a las víctimas de la diferencia y la dominación.
Kamel Yahiaoui manifiesta “el día que pare de hacer arte, podéis preparar mi ataúd”.
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